En un mundo donde los adolescentes pasan horas en TikTok, YouTube Shorts o Instagram Reels, los retos virales (o “challenges”) se han convertido en una forma de entretenimiento, conexión social y validación. Pero algunos de estos retos, lejos de ser inofensivos, pueden poner en riesgo su salud física, emocional y mental.
Como madre o padre, es esencial entender cómo funcionan estos fenómenos digitales, detectar señales de alerta y actuar con inteligencia, firmeza y empatía. Esta guía te ofrece todo lo que necesitas saber sobre los retos virales peligrosos y cómo prevenir que tus hijos caigan en ellos.
Los retos virales son desafíos que se propagan rápidamente por redes sociales y que invitan a niños y adolescentes a realizar una acción concreta. Pueden ir desde bailar una coreografía hasta participar en conductas extremas o autodestructivas.
¿Por qué son tan atractivos para ellos?
- Búsqueda de pertenencia: quieren sentirse parte de un grupo.
- Validación social: los likes y los comentarios refuerzan su autoestima.
- Curiosidad y necesidad de experimentar: especialmente en la adolescencia.
- Sensación de invulnerabilidad: creen que “a ellos no les va a pasar nada”.
“Los retos virales no se propagan por lógica, sino por emoción, presión social y dopamina.”
Aquí tienes algunos de los más preocupantes que han circulado en los últimos años. Es importante conocerlos no para asustarte, sino para anticiparte y poder hablar con tus hijos con conocimiento, empatía y claridad.
🔥 Blackout Challenge (Desmayo)
Consiste en aguantar la respiración o estrangularse levemente hasta perder el conocimiento para sentir una “descarga” de adrenalina o euforia. Muchos adolescentes no entienden los riesgos reales del juego: desmayos, traumatismos craneales, daño cerebral irreversible o incluso muerte súbita.
Ejemplo: En Italia, una niña de 10 años murió asfixiada en el baño de su casa tras intentar este reto sola, con el móvil grabando. Lo había visto en TikTok.
Lenguaje o argot asociado: “jugar a la muerte”, “el reto del apagón”, “el challenge de la cuerda” o simplemente “blackout”.
💊 Benadryl Challenge
Este reto incita a consumir una alta dosis de un antihistamínico común (difenhidramina) para provocar alucinaciones visuales y auditivas. Puede causar convulsiones, paro cardíaco y hospitalización.
Ejemplo: En EE. UU., una adolescente de 15 años falleció tras tomar más de 12 comprimidos de Benadryl intentando grabar su experiencia.
Frases o código común: “soñar despierto”, “viajar sin moverte”, “Benadryl trip”, “entra al túnel”.
🔪 Blue Whale Challenge
Un reto supuestamente estructurado en 50 fases que incluía desde despertarse a las 4:20 a.m., ver películas de terror, hasta autolesionarse y finalmente suicidarse. Aunque su existencia fue en parte amplificada por los medios, sí se han documentado casos de menores en situación vulnerable que siguieron estas pautas, alentados por adultos o grupos cerrados.
Ejemplo: En Argentina y Rusia se han reportado adolescentes heridos o fallecidos con señales de haber seguido pasos similares.
Palabras clave o argot: “jugar a la ballena”, “reto azul”, “fases secretas”, “ser elegido por el supervisor”.
💥 Otros retos extremos: fuego, saltos, vandalismo o agresiones
- Fire Challenge: prenderse fuego con alcohol o desodorante en spray.
- Skull Breaker Challenge: hacer que alguien salte y hacerle caer hacia atrás (provoca traumatismos graves).
- Milk Crate Challenge: subir torres inestables de cajas de leche para luego caer (con lesiones frecuentes en cuello y columna).
- Devious Lick Challenge: robo o destrucción de material escolar grabado en vídeo para ganar popularidad.
Ejemplo real: En varios institutos de España y Latinoamérica, adolescentes han grabado agresiones entre compañeros para conseguir más seguidores. A veces las víctimas no eran conscientes de que formaban parte de un “challenge”.
Frases habituales o lenguaje usado: “hazlo por los views”, “te vas a hacer viral”, “nivel dios”, “reto 3.0”, “si lo haces, eres top”, “taggeado, te toca”.
“El reto en sí no es el objetivo. El objetivo es el vídeo que lo demuestra. La adrenalina es grabarse. La recompensa, ser visto.”
Porque no son casualidad.
No son simples juegos entre adolescentes.
Están diseñados, estructurados y optimizados para atrapar.
Detrás de cada reto viral hay un sistema de manipulación emocional, psicológica y neurológica que afecta especialmente a los cerebros en desarrollo de los niños y adolescentes.
Vamos a descomponer este fenómeno para que puedas entender qué está ocurriendo… y cómo contrarrestarlo como madre o padre.
El cóctel que lo hace irresistible
Dopamina inmediata
Cada like, cada visualización, cada comentario… activa el mismo circuito cerebral que una recompensa física.
Es el mismo sistema que se activa con el chocolate, las apuestas o algunas drogas.
Los retos virales ofrecen:
- Riesgo + Recompensa instantánea.
- “Haz esto → tendrás atención inmediata.”
- “Más impactante = más likes.”
📌 Ejemplo práctico:
Un niño se graba lamiendo el asiento de un autobús (sí, ocurrió).
En minutos, tiene cientos de reproducciones. Ríen de él, o con él… pero ya no es invisible.
🔑 Consejo para padres:
Explícale a tu hijo que no todo lo que genera dopamina es bueno. El placer inmediato no siempre es saludable.
Crea juntos una “lista de dopaminas sanas”:
“¿Qué cosas te hacen sentir bien sin poner en riesgo tu bienestar?”
(Ej: correr, tocar música, cocinar, hablar con alguien, crear algo, cuidar a un animal, aprender algo nuevo…)
Algoritmo de refuerzo
Las plataformas no muestran lo que es saludable.
Muestran lo que genera más retención. Y eso, muchas veces, es lo que impacta, choca o asusta.
Cuanto más loco, peligroso o emocionalmente intenso sea un reto, más lo premia el algoritmo.
Esto significa que, incluso si tu hijo no busca retos, pueden aparecerle en su feed porque:
- Interactuó con un vídeo similar.
- Uno de sus amigos lo comentó.
- Simplemente lo vio durante unos segundos de más.
📌 Ejemplo real:
Un adolescente busca “trucos con botella de agua”. Acaba viendo “reto de la botella en la cabeza”, y luego el “reto de la botella explosiva”…
El algoritmo interpreta que eso le interesa y sigue mostrándoselo.
🔑 Consejo para padres:
Muéstrale cómo funcionan los algoritmos con analogías visuales:
“Imagina que tienes un robot que te sigue todo el día y anota todo lo que miras, cuánto rato lo ves, qué te hace reír o parar. Luego te ofrece más de eso… incluso aunque no sea bueno para ti.”
Haz una experiencia en casa:
- Ver un vídeo neutro.
- Observar juntos cómo se modifica el feed en las siguientes horas.
- Analizar: “¿Por qué me está mostrando esto? ¿Esto lo elegí yo… o me lo empujaron?”
Esto activa el pensamiento crítico digital.
Identidad adolescente en construcción
En la adolescencia, la pregunta “¿quién soy?” se responde, muchas veces, a través del espejo social.
Y hoy… ese espejo son las redes.
“¿Cuántos me siguen?”
“¿Me comparten?”
“¿Reaccionan a mis vídeos?”
Participar en un reto viral es, para muchos adolescentes, una forma de:
- Pertenecer.
- No ser invisible.
- Sentirse valientes.
- Tener un lugar en el grupo.
📌 Ejemplo emocional:
Una chica que no suele ser vista ni escuchada en el colegio, sube un vídeo haciendo un reto absurdo. En dos horas, 10 compañeros le escriben.
Es la primera vez que siente que “importa”.
🔑 Consejo para padres:
Ayuda a tu hijo a definir su identidad más allá del grupo:
- Hazle preguntas como:
“¿Qué cosas te representan de verdad?”
“¿Qué no harías aunque todo el mundo lo hiciera?”
“¿Qué valores quieres que la gente recuerde de ti?”
- Propón actividades donde pueda brillar por lo que es, no por lo que arriesga:
- Crear algo (arte, música, vídeo reflexivo).
- Enseñar algo que le apasiona.
- Ayudar a otros y compartirlo si le apetece.
Ausencia de pensamiento a largo plazo
El cerebro adolescente está en construcción.
Particularmente, la zona encargada de:
- Evaluar consecuencias.
- Gestionar impulsos.
- Anticipar peligros.
El córtex prefrontal, que termina de madurar alrededor de los 25 años.
Eso significa que:
- Un adolescente puede saber que algo es peligroso,pero igual hacerlo si cree que eso le dará reconocimiento.
- Las emociones ganan al juicio.
- La urgencia del “ahora” aplasta al “qué pasará después”.
📌 Ejemplo clásico:
“Sabía que podía hacerme daño, pero todos estaban mirando… y no quería quedar mal.”
🔑 Consejo para padres:
- No esperes que reaccione como un adulto.
- No uses frases como “¿en qué estabas pensando?” — no lo estaba.
- Usa en cambio:
“¿Qué creías que podía pasar?”
“¿Qué sentiste justo antes de hacerlo?”
“¿Si tuvieras que explicárselo a un niño de 10 años, qué le dirías que no hiciera?”
También puedes ayudarle a crear un “plan de salida”:
Una frase o excusa que pueda usar para decir “no” sin perder cara. Ejemplo:
“Mi madre me mira el móvil.”
“Estoy castigado, no puedo grabarme.”
“Ya hice otro reto ayer, paso.”
Este tipo de herramienta le devuelve autonomía sin enfrentarse directamente al grupo.
Estas son algunas señales de alerta que pueden ayudarte a detectar si tu hijo ha sido expuesto o está pensando en participar:
- Habla de un reto con morbo o miedo, pero lo minimiza.
- Busca privacidad extrema con el móvil o lo lleva siempre encima.
- Presenta marcas, heridas o cambios físicos inexplicables.
- Cambia de humor, se vuelve irritable, evasivo o muy callado.
- Tiene nuevo interés por grabarse constantemente sin razón aparente.
- Recibe mensajes o invitaciones en redes de personas que no conoces.
Ejemplo real: Un adolescente de 13 años en Sevilla fue encontrado con lesiones leves tras imitar un reto que vio en TikTok, mientras sus padres creían que estaba haciendo deberes.
¿Qué puedes hacer como madre o padre? Estrategias efectivas de prevención
1. Crea un vínculo de confianza real (y diario)
Hablar cada día con tu hijo no significa interrogarle. Significa estar presente. Tener espacios donde pueda expresarse sin sentir que va a ser corregido, cuestionado o ridiculizado.
Consejos prácticos:
- Aprovecha los trayectos en coche, los momentos antes de dormir o la merienda.
- Evita preguntas cerradas como “¿Todo bien?” y apuesta por curiosidad real: “¿Qué vídeo te ha hecho reír hoy?”, “¿Qué es lo último raro que has visto en TikTok?”.
- Muestra interés sin imponer juicio. Si menciona un reto, no reacciones con horror. Di: “No lo conocía. ¿Qué opinas tú de eso?”
- Si detectas algo fuera de lo habitual, nómbralo desde la observación sin acusar: “He notado que estás más serio últimamente. ¿Ha pasado algo en el cole o en redes?”
La confianza no se construye en una charla. Se cultiva cada día. Sin móviles entre medias. Sin prisas. Con presencia.
2. Explica cómo funcionan los retos (sin alarmismo)
Muchos adolescentes no saben que ciertos retos virales han sido diseñados por adultos para ganar visitas, monetizar contenido o generar notoriedad. Creen que es algo espontáneo entre chavales, cuando en realidad hay toda una lógica detrás.
Cómo explicarlo con claridad:
- Cuéntale que los algoritmos de TikTok o YouTube premian lo más llamativo, no lo más sano. “Cuanto más te impacta un vídeo, más probable es que te lo vuelvan a enseñar.”
- Ayúdale a distinguir entre un reto divertido (como aprender una coreografía) y uno peligroso (como provocarse un desmayo).
- Lánzale preguntas que despierten su pensamiento crítico: “¿Esto lo harías si nadie lo grabara?”, “¿Qué pasaría si alguien pequeño te ve y te imita?”
Entender cómo funciona la lógica viral es el primer paso para que pueda tomar distancia y decidir con criterio.
3. Entrena su pensamiento crítico y su autoestima
Muchos niños y adolescentes participan en retos no porque lo deseen, sino porque temen quedarse fuera. Temen ser juzgados por decir que no. Ahí entra tu papel como figura de referencia.
Estrategias útiles:
- Valida sus emociones. Si te dice “todos lo hacen”, no lo niegues. Respóndele: “Entiendo que quieras sentirte parte del grupo. Eso es muy humano.”
- Practica juntos escenarios hipotéticos. Por ejemplo: “¿Y si estás en casa de un amigo y te proponen un reto absurdo, cómo responderías?”
- Refuerza sus decisiones independientes. Cuando diga que no a algo, felicítale. Hazle ver que tener criterio propio es un superpoder.
- Recuérdale a menudo: “Tú vales por lo que piensas, no por lo que publicas”, “Tu dignidad no está en los likes, sino en cómo te sientes contigo mismo.”
4. Supervisa sin espiar
Vigilar no es lo mismo que espiar. Supervisar con diálogo es una oportunidad educativa. Espiar rompe la confianza y puede dañar el vínculo.
Qué puedes hacer:
- Mira vídeos con él/ella de vez en cuando. Pregunta: “¿Qué te ha hecho gracia hoy en TikTok?” o “¿Hay algo que te haya incomodado últimamente?”
- Si tiene menos de 13 años, es aconsejable usar herramientas de control parental con transparencia. Puedes decirle: “Esto no es para controlarte, es para cuidarte mientras aprendes a gestionar tu libertad digital.”
- Si ves algo preocupante, no entres con reproches. Comienza con una pregunta honesta: “¿Qué te llevó a grabar esto?” o “¿Qué pensabas en ese momento?”
5. Actúa si hay señales graves
Si detectas que ha participado en un reto de riesgo o presenta signos de malestar emocional intenso, actúa con firmeza y con cuidado.
Pasos clave:
- Busca ayuda profesional si hay signos de autolesión, aislamiento, ansiedad persistente o insomnio.
- Evita castigarle en caliente. Escucha primero. Puede que lo haya hecho por presión, por miedo o por baja autoestima.
- Exprésale que su vida vale más que cualquier reto. Que no está solo. Que puede contar contigo sin miedo.
“Un adolescente que participa en un reto peligroso no busca morir. Busca pertenecer. Busca que alguien le vea. Busca sentirse suficiente.”
Esto va de acompañar.
Los retos virales no se van a acabar. Mañana saldrá otro nuevo. Y pasado otro. Lo importante no es controlar cada tendencia, sino construir una relación sólida que permita hablar de cualquier cosa sin miedo.
Porque un adolescente que siente que puede contarte lo que ha visto, lo que le han dicho o lo que le incomoda en redes… es un adolescente con herramientas para protegerse.
Recuerda:
- No basta con educar una vez. Es un proceso diario, paciente y adaptativo.
- No es solo tecnología. Es autoestima, pertenencia, identidad, emoción.
- No estás solo/a. Otros padres también lo viven. Y pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de conciencia y amor.
Tu papel no es tener todas las respuestas, sino estar presente. Escuchar. Observar. Corregir sin humillar. Guiar sin aplastar. Celebrar cuando acierte. Sostener cuando caiga.
Y sobre todo, recordarle que no necesita likes para ser valioso. Que no necesita grabarse para existir. Que su vida importa, más allá de cualquier pantalla.
Tu presencia es la mejor protección. Tu escucha, su refugio. Tu guía, su mayor escudo.