You are currently viewing Qué hacer si tu hijo está siendo contactado por extraños online: guía práctica para padres y madres

Qué hacer si tu hijo está siendo contactado por extraños online: guía práctica para padres y madres

Descubrir que tu hijo o hija está siendo contactado/a por desconocidos en internet es una situación delicada que puede complicarse cuando el adolescente se resiste a hablar o a aceptar ayuda. La buena noticia es que existen técnicas y estrategias que, aplicadas con paciencia y consistencia, logran abrir canales de diálogo y protegerles eficazmente.

Por qué es importante actuar rápido y con calma

El primer paso fundamental es controlar las emociones. Aunque es natural sentir miedo o enfado, reaccionar con alarma o castigos puede cerrar la comunicación con tu hijo y aumentar su sensación de vergüenza o miedo. Mantener un ambiente de apoyo es la base para que los adolescentes compartan lo que les ocurre.

Por ejemplo, cuando tu hijo/a te cuente que alguien desconocido le ha escrito, responde con frases como:

“Gracias por confiar en mí, juntos/as vamos a encontrar la mejor forma de protegerte.”

Signos de que tu hijo/a está hablando con un extraño online

Detectar que un adolescente está en contacto con desconocidos en internet puede ser complicado, ya que suelen ocultarlo por miedo o vergüenza. Aquí tienes señales claras que pueden alertarte:

Cambios en el comportamiento y estado emocional

  • Está más reservado/a o evita hablar sobre su vida digital.
  • Muestra nerviosismo cuando recibe notificaciones.
  • Se irrita o enfada si le preguntas sobre su móvil o redes sociales.

Por ejemplo: de repente, tu hijo/a apaga rápido la pantalla cuando entras a la habitación o se pone a borrar mensajes con rapidez.

Uso excesivo y oculto del móvil o dispositivo

  • Se conecta a horas inusuales, como por ejemplo, por la noche muy tarde.
  • Cambia contraseñas o bloquea el acceso a sus dispositivos.
  • Usa aplicaciones nuevas o perfiles que no conoces.

Recibe regalos, favores o dinero de forma inexplicable

  • Puede ser una señal de que alguien externo está intentando ganarse su confianza o manipularle.

Pide que no compartas información sobre sus amigos o actividades online

  • Insiste en que no preguntes o revises sus conversaciones o perfiles.

Recibe mensajes, llamadas o solicitudes de amistad de personas desconocidas

  • Aunque no siempre lo muestre, es un indicio claro si logras comprobar que recibe contactos no solicitados.

Cambios en el círculo social o en hábitos de salida

  • Puede empezar a desconectarse de sus amigos habituales o cambiar sus rutinas para mantener contacto con alguien online.

Mensajes o imágenes inapropiadas

  • Si descubres fotos, mensajes o contenido que parecen enviados por o para extraños, es una señal evidente.

Entendiendo la resistencia: por qué los adolescentes se cierran

Los adolescentes valoran mucho su autonomía y privacidad, por lo que ante la sospecha o intervención parental pueden sentir que se vulnera su libertad, reaccionando con evasivas, negaciones o incluso enfado. También pueden tener miedo al juicio o a perder el control de la situación.

Estrategias y técnicas para padres y madres

Acompañar sin juzgar para reducir la resistencia

Por qué es efectivo: comprender sus emociones ayuda a bajar la defensividad porque el adolescente se siente comprendido y respetado, lo que facilita que esté más abierto a dialogar y colaborar.

Qué podemos decir:

  • “Veo que esto te incomoda y entiendo que quieras manejarlo a tu manera, pero yo estoy aquí para apoyarte, no para controlarte.”
  • “Sé que no es fácil hablar de estas cosas, y agradezco que confíes en mí aunque te cueste.”
  • “Puedo imaginar que te sientas incómodo, y está bien sentirse así.”

Frases a evitar:

  • “No seas dramático/a, esto no es tan grave.”
  • “Si no me cuentas, no puedo ayudarte. Cuéntamelo todo ya.”

Usar la técnica del reflejo para mostrar empatía

Por qué es efectivo: parafrasear lo que dice el adolescente le demuestra que realmente le estás escuchando y entendiendo su punto de vista, lo que reduce la resistencia y genera un vínculo de confianza.

Qué podemos decir:

  • Hijo: “No quiero que me metas en líos.”Padre: “Entonces te preocupa que si te ayudo, las cosas se compliquen más.”
  • Hijo: “No quiero que me controléis tanto.”Padre: “Te sientes invadido y eso te hace querer alejarte.”
  • Hijo: “Esto es cosa mía.”Padre: “Quieres manejarlo solo porque para ti es fundamental tu independencia.”

Frases a evitar:

  • “Soy tu madre/padre y me lo tienes que contar sí o sí.”
  • “¿Por qué siempre te haces el difícil?”

Plantear la conversación en forma de colaboración, no de control

Por qué es efectivo: involucrar al adolescente en la solución le da sensación de control y reduce la sensación de imposición, facilitando que coopere y participe activamente en protegerse.

Qué podemos decir:

  • “No quiero imponerte nada, pero podemos pensar juntos cómo proteger tu privacidad sin que pierdas el control ni tu autonomía.”
  • “Vamos a buscar la mejor manera para que te sientas seguro sin agobiarte.”
  • “¿Qué ideas tienes para manejar esta situación? Me encantaría escucharlas.”

Frases a evitar:

  • “Tienes que hacer lo que te digo. Es lo que hay.”
  • “Esto es por tu bien y punto.”

Aplicar la “técnica del sándwich”: crítica constructiva entre elogios

Por qué es efectivo: empezar y terminar con comentarios positivos hace que el adolescente reciba mejor la parte crítica o el consejo, evitando que se sienta atacado.

Qué podemos decir:

  • “Sé que eres responsable y que te importa tu seguridad. Por eso, me gustaría que consideraras contarme si algo raro pasa en internet. Confío en ti y quiero ayudarte.”
  • “Me gusta lo mucho que cuidas tu privacidad, y por eso creo que juntos podemos estar aún más seguros.”
  • “Valoro que seas independiente, y por eso quiero que sepas que puedes contar conmigo si te sientes incómodo.”

Frases a evitar:

  • “Siempre haces lo que quieres, pero esto no te conviene.”
  • “Eres irresponsable por no contarme esto.”

Preguntas que fomentan la reflexión sin presión

Por qué es efectivo: preguntar de forma abierta y sin exigir respuestas directas permite que el adolescente piense y exprese sus sentimientos sin sentirse atacado.

Qué podemos decir:

  • “¿Qué crees que pasaría si compartieras esto conmigo?”
  • “¿Qué necesitarías para sentirte cómodo hablándome de estas cosas?”
  • “¿Cómo te gustaría que te ayudara con esta situación?”

Frases a evitar:

  • “¿Por qué no me cuentas lo que pasa?”
  • “¿Qué pasa contigo que no me dices nada?”

Dar espacio y tiempo, pero manteniendo la puerta abierta

Por qué es efectivo: respetar el ritmo del adolescente evita que se sienta presionado y sabe que puede acudir a ti cuando esté preparado, manteniendo la confianza.

Qué podemos decir:

  • “Cuando me necesites, aquí estoy para escucharte. No tienes que hacerlo ahora, pero quiero que sepas que no estás solo.”
  • “No hace falta que me cuentes todo de golpe, podemos hablar cuando tú quieras.”
  • “Me importas mucho y estaré aquí para ti siempre.”

Frases a evitar:

  • “Tienes que contarme todo ahora mismo.”
  • “Si no me dices nada ahora, no puedo ayudarte.”

Usar ejemplos reales o películas para abrir el diálogo indirectamente

Por qué es efectivo: hablar de terceros o casos conocidos ayuda a que el adolescente se exprese con menos presión y pueda identificar sus propios sentimientos en otra historia.

Qué podemos decir:

  • “Leí un caso de un chico que recibió mensajes extraños y no se lo contó a sus padres. ¿Qué crees que podría pasar en una situación así?”
  • “Vi una película donde una chica tuvo problemas con alguien que no conocía, ¿Qué harías tú en ese caso?”
  • “Conozco un caso donde alguien logró protegerse gracias a que habló del tema con su familia, ¿Te gustaría que te cuente cómo?”

Frases a evitar:

  • “¿Por qué no eres como ese chico de la película?”
  • “Eso nunca te pasaría a ti.”

Incluir a otros adultos de confianza si la comunicación directa es difícil

Por qué es efectivo: a veces los adolescentes se sienten más cómodos hablando con alguien distinto a sus padres, lo que puede facilitar la expresión y recibir ayuda.

Qué podemos decir:

  • “Si no quieres hablar conmigo, ¿hay alguien más en quien confíes para contarlo?”
  • “Podemos buscar a un profesional que te ayude y te escuche sin juzgar.”
  • “Tu profesor o un familiar cercano también pueden apoyarte, si quieres.”

Frases a evitar:

  • “Si no me cuentas, hablaré con alguien más sin tu permiso.”
  • “No confío en nadie más para esto. Quiero que me lo cuentes a mí.”

Explica los riesgos de forma clara, realista y adaptada a su edad

Por qué es efectivo: los adolescentes suelen sentir que no son vulnerables y tienden a minimizar los peligros, sobre todo si no los han vivido de cerca. Pero cuando se les presentan ejemplos reales y se les explica el cómo y el por qué de los riesgos, sin dramatismo ni amenazas, pueden conectar emocionalmente con el problema y empezar a verlo como algo concreto, no abstracto. Esta estrategia activa el pensamiento crítico y favorece decisiones más seguras.

En este sentido, el uso de narrativas reales aumenta la atención, la retención de la información y la conexión emocional. Esto se conoce como efecto transporte narrativo, y es muy utilizado en intervenciones psicoeducativas.

Qué podemos decir:

  • “Hace poco una chica de 15 años habló con un supuesto chico de su edad que conoció por Instagram. Resultó ser un adulto que intentó manipularla y pedirle fotos. Al final pudo contarlo y la familia le ayudó. Te lo cuento no para asustarte, sino porque quiero que sepas que pasa más de lo que creemos.”
  • “A veces estas personas se ganan la confianza poco a poco. No empiezan pidiendo nada raro. Primero preguntan cómo estás, te hacen sentir especial… y cuando ya confían en ti, dan el siguiente paso. Por eso es tan peligroso.”
  • “No quiero que pienses que no confío en ti, sino que hay gente que sabe muy bien cómo engañar incluso a personas inteligentes. Por eso te explico esto: para que sepas detectarlo a tiempo y puedas protegerte.”

Casos reales adaptados (resumen para conversación):

  • Caso 1 – “El perfil falso”: un chico de 14 años conoció en TikTok a alguien que fingía ser un gamer de su edad. Tras semanas de conversación, empezó a pedirle fotos personales. El menor se asustó y bloqueó, pero al principio no detectó ninguna alerta porque la conversación parecía inofensiva.
  • Caso 2 – “La doble vida digital”: una adolescente en un colegio de Valencia habló durante meses con una “influencer” que era, en realidad, una persona adulta usando fotos robadas. Llegó a enviarle contenido privado. Lo descubrieron los padres gracias a una profesora que notó cambios en su estado de ánimo.
  • Caso 3 – “Te recojo donde digas”: un desconocido ofreció quedar con un menor en la puerta del instituto tras hablar por una app. El adolescente nunca aceptó, pero no lo contó hasta que el contacto insistió varias veces. Cuando lo hizo, se actuó a tiempo.

Frases a evitar:

“¿Ves? Por eso te digo que no se puede confiar en nadie.” Esto genera miedo sin explicar el verdadero problema y refuerza una visión negativa del mundo.

“Te lo dije, ahora aguántate.” Provoca culpa y cierra cualquier posibilidad de que vuelva a confiar en ti si algo más ocurre.

Importancia de la constancia y el acompañamiento

Es normal que la comunicación no se abra de inmediato. Los padres deben ser pacientes, coherentes y mostrar siempre disponibilidad, reforzando la confianza día a día. La crianza positiva nos recuerda que un ambiente afectuoso y sin juicios es la mejor base para prevenir riesgos online.

Control parental sin que se sienta invadido

La clave está en cómo lo explicas, cómo lo haces, y cuánto le implicas en el proceso.

Desde la psicología del desarrollo y la educación positiva, sabemos que cuando los adolescentes sienten que se les impone un control unilateral, suelen resistirse, mentir o buscar formas de esquivar las normas. En cambio, si los padres explican el “por qué” y permiten cierta participación en las decisiones, los jóvenes tienden a aceptar mejor los límites y normas. No se trata de espiar, sino de acompañar. Y eso es lo que debes transmitirle.

Explícale el objetivo del control parental: proteger, no vigilar.

Habla con claridad y sin secretismos. Por ejemplo:

“Sé que puedes pensar que esto es para controlarte, pero de verdad es para protegerte de gente que no siempre tiene buenas intenciones.”

“No se trata de leer todo lo que haces, sino de ayudarte a estar más seguro mientras vas aprendiendo a moverte por internet.”

Dale voz: configura las herramientas con él/ella.

Hacerlo juntos le da sensación de control, comprensión y autonomía dentro de un marco seguro. Podéis revisar juntos:

  • Qué apps se pueden instalar.
  • A qué horas se puede usar el dispositivo.
  • Qué tipo de alertas recibirán los padres.

Ejemplo de frase:

“Vamos a decidir juntos qué apps están bien y cuáles no, así te sientes más cómodo con lo que instalamos.”

Ofrece alternativas seguras al móvil tradicional.

Un recurso muy práctico para niños y preadolescentes es el uso de relojes inteligentes con GPS y llamadas

Este tipo de dispositivos permiten:

  • Estar en contacto en caso de necesidad.
  • Conocer la localización en tiempo real.
  • Evitar el acceso a redes sociales, YouTube, juegos o contactos desconocidos.

“Te damos este reloj porque queremos que puedas llamarnos cuando lo necesites, sin que tengas que usar redes donde hay gente que no conoces.”

Frases que deberías evitar:

“Como no me fío de ti, tengo que controlar todo.”

Esto crea distancia y sensación de desconfianza total.

“Si no escondes nada, no debería molestarte que mire tu móvil.”

Esto invalida su derecho a la intimidad y puede generar rebeldía.

Conclusión

Lidiar con adolescentes resistentes requiere equilibrio entre firmeza y empatía. Aplicando estas técnicas concretas y frases que validan, reflejan y colaboran, podrás ayudar a tu hijo a afrontar el contacto con extraños en internet de forma segura y sin romper la confianza.