¿Por qué tu hijo/a necesita ser asertivo/a hoy más que nunca?
Los niños/as y adolescentes de hoy crecen en un entorno social y digital en constante cambio. Están expuestos a más estímulos, comparaciones, exigencias y conflictos que generaciones anteriores. En este contexto, muchos padres se preguntan:
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a a defender sus ideas sin gritar? ¿A decir lo que siente sin reprimirlo ni herir a otros?
La respuesta está en una habilidad esencial: la asertividad. Se trata de un estilo de comunicación que permite expresarse de forma clara, directa y respetuosa. Es clave para establecer límites, gestionar conflictos, desarrollar autoestima y construir relaciones sanas.
Qué es la asertividad
La asertividad es la capacidad de expresar pensamientos, emociones y necesidades de forma honesta, sin agredir ni someterse. Es un equilibrio entre ser pasivo/a (callar para evitar conflictos) y ser agresivo/a (imponer por la fuerza).
Desde la psicología, la asertividad es una habilidad social que forma parte de la inteligencia emocional y del desarrollo saludable del niño/a. Se aprende y se entrena con práctica, desde edades tempranas.
Un niño/a o adolescente asertivo/a:
- Sabe decir “no” con respeto y sin culpa.
- Se defiende sin recurrir a la violencia.
- Expresa su malestar sin herir.
- Respeta los límites de los demás.
Beneficios de la asertividad: por qué es vital para la comunicación y el bienestar emocional
La asertividad no solo es una herramienta de comunicación; es una competencia fundamental para una vida emocional y social sana. A continuación, explicamos por qué es tan importante:
Cuando un niño/a aprende a comunicarse asertivamente, establece relaciones basadas en el respeto mutuo. Aprende a escuchar sin someterse, a defender sus ideas sin imponerlas, y a resolver conflictos sin agresividad ni sumisión.
Ejemplo: un niño/a que dice “No quiero jugar a eso, ¿qué te parece si jugamos a otra cosa?” está mostrando respeto hacia sí mismo/a y hacia los demás.
2. Protege contra el acoso escolar y la manipulación
La asertividad permite a los niños/as identificar conductas abusivas y reaccionar de forma clara y firme. Saben pedir ayuda, poner límites y rechazar peticiones que no desean aceptar.
Ejemplo: “No voy a dejarte copiar mis deberes. Es importante que los hagas tú.”
3. Mejora la autoestima y la confianza
Saber que pueden expresarse con claridad les da seguridad. No dependen de la aprobación externa para valorar sus opiniones o sentimientos.
4. Reduce la ansiedad y la agresividad
Los niños/as que no saben expresar lo que sienten pueden acumular tensión, estallar con rabia o bloquearse emocionalmente. La asertividad actúa como una válvula saludable para liberar emociones.
5. Desarrolla habilidades de negociación y resolución de conflictos
Aprenden a buscar acuerdos, a ceder en lo razonable y a defender lo que consideran justo sin necesidad de pelear.
6. Mejora la comunicación con adultos y figuras de autoridad
Los niños/as y adolescentes asertivos/as pueden expresarse de forma clara ante padres, docentes y otros adultos. Esto favorece relaciones de confianza, disminuye malentendidos y fortalece el vínculo afectivo.
7. Potencia la empatía y la escucha activa
Al expresarse con respeto, también aprenden a escuchar sin interrumpir ni juzgar. La asertividad promueve la comprensión mutua y la cooperación.
Cómo fomentar la asertividad desde casa
1. Escucha activa sin interrumpir
Escucha a tu hijo/a sin juzgar, corregir o interrumpir. Repite con tus palabras lo que ha dicho para mostrar que lo has comprendido.
Ejemplo:
Hijo/a: “Estoy enfadado/a porque nadie quiso jugar conmigo.”
Padre: “Veo que te ha dolido sentirte apartado/a. ¿Quieres contarme qué pasó?”
Por qué funciona: valida sus emociones y refuerza la conexión emocional. Le enseña que puede expresarse sin miedo al juicio.
2. Usa el lenguaje “yo siento cuando tú…”
Enseña a expresar emociones sin acusar. Utiliza frases que comienzan por “yo siento” y explican el motivo.
Ejemplo:
“Yo me siento molesto/a cuando me gritas, prefiero que me hables tranquilo/a.”
Por qué funciona: reduce la defensividad en el otro. Favorece la autorregulación emocional y el respeto mutuo.
3. Role playing (juego de roles)
Representa con tu hijo/a situaciones sociales difíciles (decir que no, pedir ayuda, resolver un conflicto) y practicad respuestas asertivas.
Ejemplo: simular que un amigo/a le pide copiar los deberes. Practicad formas de negarse con respeto.
Por qué funciona: ayuda a anticipar situaciones reales, aumenta la seguridad y reduce la ansiedad social.
4. Refuerza el lenguaje corporal asertivo
Enseña a mantener la espalda recta, mirar a los ojos y hablar con un tono de voz firme pero calmado.
Ejemplo: “Si hablas mirando al suelo, parece que no estás seguro/a. Intenta mirar a los ojos y hablar más claro.”
Por qué funciona: la comunicación no verbal transmite seguridad y claridad, y refuerza el mensaje verbal.
5. Técnica del disco rayado
Enseña a repetir un mensaje claro sin ceder ni entrar en discusiones.
Ejemplo: “Prefiero no jugar a eso. Gracias.” “Ya te he dicho que no. Prefiero otra cosa.” “Lo entiendo, pero esta vez no quiero jugar a eso.”
Por qué funciona: entrena la resistencia a la presión social sin caer en el conflicto.
6. Haz visible que poner límites está bien
Reforzar cuando diga “no” con respeto. Evita frases como “no seas borde”, si ha expresado un límite de forma adecuada.
Ejemplo:
Hijo/a: “No quiero dar un beso.”
Padre: “Está bien. Nadie te obliga. Es tu cuerpo y tú decides.”
Por qué funciona: refuerza la autonomía personal y protege de dinámicas abusivas.
7. Crea una lista de frases asertivas
Junto a tu hijo/a, recopila frases útiles que puede usar en el colegio o en casa.
Ejemplos de frases:
- “No me gusta eso, prefiero otra cosa.”
- “No quiero que me hables así.”
- “Tengo otra opinión y me gustaría explicarla.”
Por qué funciona: ofrece un repertorio verbal que aumenta la seguridad al expresarse.
8. Ayuda a tu hijo/a a ver los conflictos como oportunidades
Ayúdale a ver los conflictos como ocasiones para aprender, no como fracasos.
Ejemplo: “Hoy discutiste con tu compañero/a. ¿Qué crees que podrías decirle mañana para aclararlo?”
Por qué funciona: fomenta la reflexión, la resolución de problemas y la tolerancia a la frustración.
9. Refuerza positivamente los actos asertivos
Señala y valora cuando tu hijo/a actúe con asertividad.
Ejemplo: “Te explicaste muy bien con tu hermana/o. Se notó que hablaste desde el respeto.”
Por qué funciona: refuerza conductas deseadas, aumenta la probabilidad de que se repitan.
10. Tiempo fuera emocional
Enséñale que puede pedir un momento antes de contestar o actuar en situaciones tensas.
Ejemplo: “Ahora mismo estoy muy enfadado/a. Prefiero hablar más tarde.”
Por qué funciona: favorece la autorregulación y evita respuestas impulsivas.
11. Usa cuentos, películas y series como ejemplo
Comenta con tu hijo/a cómo se comportan los personajes. Identificad juntos ejemplos de comunicación asertiva o no asertiva.
Ejemplo: “¿Qué otra forma habría tenido este personaje de defender su idea sin gritar?”
Por qué funciona: el aprendizaje vicario (por observación) es muy eficaz, sobre todo en edades tempranas.
12. Dramatización con muñecos o figuras
Para niños pequeños, dramatiza situaciones sociales con muñecos y guíales para proponer respuestas asertivas.
Ejemplo: “Este muñeco quiere su juguete de vuelta, ¿cómo podría pedírselo sin pelear?”
Por qué funciona: favorece la empatía, el lenguaje emocional y el pensamiento simbólico.
13. Ofrece elecciones cotidianas
Ofrece oportunidades de tomar decisiones sencillas en el día a día.
Ejemplo: “¿Prefieres ordenar la ropa ahora o después de merendar?”
Por qué funciona: potencia el sentido de control, la autoestima y la toma de decisiones responsable.
14. Diálogo reflexivo después de un conflicto
Después de una discusión o rabieta, conversad con calma para entender lo que ocurrió.
Ejemplo: “¿Qué sentiste? ¿Qué querías decir? ¿Cómo crees que se sintió la otra persona?”
Por qué funciona: desarrolla la metacognición, el autocontrol y la empatía.
15. Sé ejemplo diario de asertividad
Habla con tu hijo/a de forma asertiva, pon límites con respeto, y gestiona tus propios conflictos desde el diálogo.
Ejemplo: “No estoy de acuerdo con esto, pero te escucho. Vamos a buscar una solución juntos.”
Por qué funciona: el modelado es la forma más potente de aprendizaje emocional.
Conclusión: la asertividad se enseña desde casa
Educar en asertividad no es solo enseñar a hablar con seguridad. Es criar personas emocionalmente inteligentes, capaces de poner límites, de empatizar y de defenderse sin agredir. Como madre o padre, tu papel es clave. Cada día tienes la oportunidad de reforzar esta habilidad con tu ejemplo, tus palabras y tus respuestas.
Enseñar a tu hijo/a a ser asertivo/a es regalarle la herramienta emocional más poderosa para toda su vida.