Un pederasta usó Fortnite para abusar de menores: juicio en Madrid con petición de 325 años de cárcel
Las redes sociales y los videojuegos online, como Fortnite, son espacios de diversión para niños y adolescentes, pero también pueden convertirse en riesgos si no se supervisan correctamente. Un hombre, identificado como A. M. V., será juzgado en la Audiencia Provincial de Madrid por presuntos abusos sexuales a menores, utilizando este popular videojuego como gancho. La Fiscalía solicita una condena de hasta 325 años de prisión.
Según informa el diario ABC, el acusado contactó en 2021 con al menos 25 menores de 13 años a través de Fortnite. Para ganarse su confianza, les regalaba objetos del juego, como trajes, picos o monedas virtuales (“pavos”), y luego les convencía para realizar videollamadas.
Una vez creado ese vínculo, el procesado solicitaba a los menores que se desnudaran y adoptaran posturas de contenido sexual, grabando o fotografiando las imágenes con su móvil u ordenador. Las almacenaba en una carpeta llamada “angelitos”, que posteriormente subía al servidor MEGA.NZ.
Entre los delitos imputados se incluyen:
- 1 delito de agresión sexual (11 años)
- 7 delitos de abusos sexuales continuados (5 años cada uno)
- 7 delitos de abusos sexuales (4 años cada uno)
- 25 delitos de pornografía infantil (9 años cada uno)
- 13 delitos de contacto con menores con fines sexuales (2 años cada uno)
El material fue descubierto tras un registro domiciliario en Málaga en septiembre de 2021. Entre las pruebas, se encontró una cuenta de Gmail vinculada a MEGA donde se almacenaban las imágenes.
Este caso nos recuerda que la seguridad digital de los menores es una responsabilidad compartida. Los videojuegos como Fortnite, populares entre niños y adolescentes, requieren una supervisión adecuada para prevenir riesgos como el ciberacoso o, en casos extremos, el abuso sexual.
Desde Robingen recomendamos a los padres y madres:
- Supervisar con quién interactúan sus hijos en plataformas online y videojuegos.
- Usar herramientas de control parental y configurar opciones de privacidad en consolas y aplicaciones.
- Mantener un diálogo abierto sobre los límites en redes sociales y juegos.
- Enseñar a los niños a identificar y reportar comportamientos sospechosos o inapropiados.
Conclusión
Este caso es un claro aviso de que la educación digital y la supervisión activa no son opcionales, son esenciales para proteger a nuestros hijos. Como padres, contar con formación en seguridad online y en el uso responsable de la tecnología nos da las herramientas para crear un entorno seguro y confiable donde los niños puedan disfrutar sin riesgos.
La prevención comienza en casa con comunicación, vigilancia y apoyo constante. Formarse y estar informados es la mejor manera de evitar que la diversión se convierta en una amenaza.
