Cada vez más padres se preguntan: ¿Por qué a mi hijo/a no le gusta leer? Entre videojuegos, redes sociales y contenidos digitales, muchos niños/as y adolescentes no desarrollan ni el hábito lector ni el gusto por la lectura. Pero la buena noticia es que los padres podemos cambiar esta situación desde casa. La lectura es mucho más que una tarea escolar: es una ventana a la imaginación, al conocimiento y a las emociones. Además, leer trae consigo múltiples beneficios que impactan directamente en el desarrollo personal y académico de tus hijos/as.
Aquí te explicamos por qué existe este problema con la lectura, cómo motivar a tu hijo/a con estrategias prácticas, qué frases decirle si no quiere leer, los principales beneficios de la lectura y, por último, qué libros pueden ayudarle a descubrir el placer de leer.
Principales problemas con la lectura
- Falta de hábito lector: muchos niños/as no leen porque no han convertido la lectura en una costumbre diaria. Ven los libros como una obligación, no como una forma de ocio o descubrimiento.
- Distracciones tecnológicas: el móvil, los videojuegos y las redes sociales ofrecen estímulos rápidos y constantes. La lectura requiere paciencia y concentración, lo que puede hacerla menos atractiva si no encuentran la motivación adecuada.
- Ausencia de modelos lectores: si los padres no leen o no muestran interés por la lectura, los hijos/as no ven el valor que tiene y la lectura queda relegada.
- Elección de lecturas poco atractivas: cuando el libro no conecta con sus intereses o nivel de madurez, difícilmente lo enganchará. A veces, los libros escolares no son los más adecuados para despertar su curiosidad.
- Dificultades específicas de aprendizaje, como la dislexia: la dislexia es una dificultad neurobiológica que afecta la fluidez y precisión en la lectura, generando problemas para decodificar palabras y comprender textos. Esto puede provocar frustración, baja autoestima y rechazo a la lectura.
Qué hacer:
- Detectar a tiempo mediante evaluaciones psicopedagógicas.
- Adaptar los materiales, usando textos con tipografías especiales para dislexia, audiolibros y soportes digitales con funciones de lectura asistida.
- Ofrecer apoyo individualizado y fomentar la paciencia y el refuerzo positivo.
- Evitar la presión o comparaciones con otros niños/as para no aumentar la ansiedad.
- Problemas de atención o concentración: algunos niños/as y adolescentes presentan dificultades para mantener la atención, lo que afecta su capacidad para seguir un texto largo o complejo. Por ello, es fundamental trabajar y potenciar la atención sostenida mediante actividades específicas que mejoren su concentración y resistencia mental al leer.
- Ansiedad y baja autoestima relacionada con la lectura: experiencias negativas anteriores, como dificultades para leer en voz alta o malas calificaciones, pueden generar inseguridad y rechazo a intentarlo nuevamente.
Beneficios de la lectura
- Mejora la comprensión y la expresión oral y escrita: la lectura enriquece el vocabulario y permite que los niños/as aprendan a expresarse con más claridad y confianza.
- Desarrolla la imaginación y la creatividad: leer ayuda a que los niños/as y adolescentes imaginen mundos nuevos, personajes únicos y soluciones creativas a los problemas.
- Favorece la empatía: a través de las historias, los niños/as se ponen en el lugar de los personajes, desarrollando así la empatía y la comprensión emocional.
- Aumenta la capacidad de concentración: la lectura requiere atención sostenida, lo que mejora su capacidad para concentrarse en tareas escolares y personales.
- Fomenta el pensamiento crítico y reflexivo: los libros invitan a cuestionar, comparar y analizar. Así, los niños/as aprenden a reflexionar sobre lo que leen y sobre su propio entorno.
- Reduce el estrés y mejora el bienestar emocional: la lectura es una forma de desconexión y relax que puede ayudarles a gestionar mejor las emociones y la ansiedad.
- Fortalece el vínculo familiar: leer juntos crea momentos de calidad y confianza, y demuestra a los hijos/as que la lectura es un placer compartido.
Cómo podemos solucionarlo: estrategias prácticas para padres/madres
Para fomentar el hábito lector en casa, es fundamental actuar en tres momentos: antes, durante y después de la lectura. Además, te ofrecemos estrategias complementarias basadas en investigaciones educativas, con explicación de por qué funcionan, ejemplos de aplicación y qué evitar para no desmotivar.
A. Antes de la lectura: motivar el interés y preparar el terreno
Motivar el interés antes de leer es clave para que los niños/as se impliquen y no lo vean como una obligación. Aquí algunas estrategias concretas:
- Activar conocimientos previos: invita a tu hijo/a a pensar y compartir lo que ya sabe sobre el tema. Por ejemplo, si el libro habla de animales salvajes, pregúntale qué sabe de esos animales, qué le gustaría aprender. Esto prepara su mente y la conecta con el texto.
- Presentar vocabulario y conceptos clave: explícale palabras nuevas o difíciles antes de empezar, para que no se frustre en medio de la lectura. Por ejemplo: “En este libro aparece la palabra ‘misterioso/a’, que significa algo raro o desconocido. Si la ves, me preguntas.”
- Establecer un objetivo: ayuda a que tenga claro para qué va a leer ese texto. “Vamos a leer para descubrir qué pasa con el/la protagonista y ver si consigue su objetivo.” Esto da sentido a la lectura y genera expectativa.
- Predicciones: pídele que imagine de qué tratará la historia según el título o las ilustraciones. Esto activa su curiosidad y le hace estar atento/a a comprobar si acierta.
- Técnica del listado: elaboración de una lista con ideas o cosas que espera encontrar o conocer, para luego ir contrastando. Por ejemplo, sobre la contaminación, listar causas y soluciones conocidas.
Qué evitar: no imponer el texto ni obligar sin contexto. No presentar un libro sin preparar el terreno, porque puede generar rechazo inmediato.
B. Durante la lectura: acompañar y hacerla activa
El acompañamiento es fundamental para que el/la niño/a no se sienta solo/a o perdido/a, y para que la lectura sea una experiencia rica:
- Inferencias y comprensión: anímale a deducir o imaginar cosas que no se dicen explícitamente, como “¿Por qué crees que el/la personaje hizo eso?” Esto fomenta el pensamiento crítico.
- Subrayar y anotar: que marque palabras nuevas o frases que le llamen la atención para luego repasarlas o comentarlas.
- “Piloto encendido”: cuando tenga dudas, que se detenga y busque soluciones: releer, preguntar o consultar el diccionario. Esto fomenta la autonomía lectora.
- Leer en voz alta juntos: además de ser divertido, ayuda a trabajar la entonación, comprensión y expresión oral.
- Usar gestos o dramatización: que acompañe la lectura con movimientos o voces para hacerla más atractiva.
- Pausas para comentar: preguntas del tipo “¿Qué crees que va a pasar ahora?” o “¿Qué habrías hecho tú?” mantienen la atención y la reflexión.
Qué evitar: leer sin interacción o exigir comprensión sin apoyo puede generar frustración y aburrimiento.
C. Tras la lectura: consolidar y compartir
La fase posterior a la lectura es esencial para afianzar aprendizajes y hacer la experiencia más significativa:
- Recapitulación y resumen: invita a que te cuente con sus palabras qué ha leído, qué le ha gustado o sorprendido. Esto ayuda a organizar la información y a retenerla.
- Actividades creativas: dibujar escenas, escribir finales alternativos, hacer cómics o debates. Esto amplía la experiencia y la convierte en algo personal y lúdico.
- Debates y reflexión: preguntar sobre la moraleja, los valores, qué cambiarían del texto o si se sienten identificados con los personajes. Esto desarrolla el pensamiento crítico y emocional.
- Uso del conocimiento: buscar aplicaciones prácticas o relacionar la lectura con experiencias de su vida.
- Técnicas didácticas como “periodista”: responder a preguntas clave (¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?) para mejorar la comprensión global.
- “Poda y resumen”: después de una segunda lectura, eliminar lo menos importante para quedarse con la esencia y reformularla.
Qué evitar: no castigar si no entienden todo, ni limitar la lectura a tareas sin sentido o demasiado rígidas.
D. Complementos efectivos para potenciar la comprensión lectora y el amor por la lectura
Además de las fases clásicas, es muy efectivo incluir:
- Variedad en los tipos de textos: no solo cuentos, también noticias, poemas, cómics, cartas, anuncios, y textos científicos o instructivos. Esto desarrolla distintas habilidades y mantiene el interés.
- Clubes de lectura y tertulias: compartir impresiones con otros niños/as o familia, favorece la motivación y la expresión.
- Bibliotecas como espacios creativos: visitar la biblioteca para elegir libros, participar en talleres o actividades.
- Enfoque en valores: seleccionar textos que inviten a reflexionar sobre la igualdad, diversidad, cultura de paz, respeto. Esto da profundidad y sentido a la lectura.
Estrategias adicionales para promover la lectura
Crea un espacio atractivo para la lectura
Un ambiente cómodo y acogedor invita a pasar más tiempo con un libro. Un rincón especial, libre de ruidos y con buena iluminación, convierte la lectura en un momento agradable y relajante.
Prepara un rincón con cojines, una lámpara de luz cálida y estantes con libros visibles. Evita dispositivos electrónicos cerca para reducir distracciones.
Qué decir o hacer:
- “¿Quieres ayudarme a decorar nuestro rincón de lectura? Será tu espacio para viajar con la imaginación”.
- “Vamos a elegir juntos una lámpara chula para que leer por la noche sea más fácil”.
Elige libros que conecten con sus intereses personales
Partir de los gustos y pasiones del/de la niño/a hace que la lectura sea mucho más atractiva y significativa, ya que se sienten motivados/as a aprender más sobre lo que les apasiona.
Busca libros que traten sobre temas que le interesen, ya sea deportes, animales, aventuras, ciencia ficción, tecnología o cualquier otra afición.
Qué decir o hacer:
- “He encontrado este libro sobre fútbol que sé que te gusta, ¿quieres que lo leamos juntos?”
- “Este libro tiene historias sobre animales que me acordaron de tu visita al zoo, ¿te apetece descubrir más?”
Evita imponer libros que no tengan relación con sus intereses actuales, pues puede generar rechazo hacia la lectura.
Usa audiolibros y podcasts
Muchos niños/as son auditivos/as o están acostumbrados/as a consumir contenido en formato audio. Los audiolibros favorecen la comprensión y la imaginación, despertando el interés por el libro en papel.
Elige audiolibros con narradores que usen diferentes voces y expresiones. Busca podcasts infantiles o juveniles que cuenten cuentos o datos interesantes.
Qué decir o hacer:
- “Hoy te pongo este audiolibro mientras haces un dibujo, así escuchamos la historia juntos”.
- “¿Quieres probar este podcast sobre aventuras? Podemos escucharlo en el coche”.
Evita usar audiolibros como único recurso, combínalos para complementar.
Conéctalo con otros formatos: películas, cómics, series
Adaptar los libros a otros formatos conocidos puede ser un puente hacia la lectura tradicional. Ver una película o serie basada en un libro suele aumentar la curiosidad por el texto original.
Propón leer la novela después de ver la película. Presenta cómics o novelas gráficas como “lectura ligera” que puede evolucionar a libros más extensos.
Qué decir o hacer:
- “¿Te gustó la película de Harry Potter? El libro tiene más detalles y aventuras que no salen en la película”.
- “Mira este cómic de tu videojuego favorito, es como un libro pero con dibujos”.
Evita forzar la lectura del libro si no hay interés real; mejor ir poco a poco.
Organiza retos o “lecturas compartidas”
Los retos y la socialización fomentan la motivación intrínseca y crean sentido de comunidad. Establece metas sencillas y premios simbólicos. Propón leer un libro juntos y comentarlo en familia o con amigos.
Qué decir o hacer:
- “Este mes vamos a leer 3 libros. ¿Qué premio te gustaría si lo conseguimos?”
- “Leamos este libro y hagamos una mini tertulia para hablar de los personajes”.
Invita a amigos/as o primos/as a compartir lecturas
La presión social positiva y compartir intereses fortalecen el hábito lector. Organiza grupos pequeños de lectura o intercambios de libros. Incentiva que comenten entre ellos las historias.
Qué decir o hacer:
- “¿Por qué no invitamos a tu amigo/a a leer este libro contigo y luego lo comentáis?”
- “Seguro que tu primo/a también quiere prestarte su cómic favorito”.
Busca encuentros con autores/as o ferias de libros
Vivir experiencias literarias fuera del aula o de casa hace que la lectura sea dinámica y real. Lleva al/la niño/a a eventos literarios, ferias del libro o firmas de autores/as infantiles.
Qué decir o hacer:
- “Mañana vamos a la feria del libro, podrás ver libros nuevos y conocer a autores/as”.
- “¿Quieres que le preguntemos algo al escritor/a para saber cómo crea sus historias?”.
Evita convertirlo en una obligación.
Haz de la lectura algo “útil”
Cuando la lectura conecta con intereses prácticos o habilidades, la motivación crece.
Propón libros que expliquen hobbies o actividades: cocina, ciencia, dibujo, deportes. Usa libros de consulta para proyectos personales.
Qué decir o hacer:
- “Si quieres aprender trucos con cartas, este libro te enseña paso a paso”.
- “¿Quieres saber cómo viven los animales? Este libro tiene fotos y datos curiosos”.
Combina lectura con actividades físicas o manuales
Asociar la lectura con acción física o creatividad activa la mente y evita el aburrimiento. Propón leer recetas para cocinar juntos o instrucciones para manualidades. Lee sobre experimentos y hazlos en casa.
Qué decir o hacer:
- “Vamos a leer cómo hacer un volcán casero y luego lo hacemos”.
- “¿Quieres dibujar lo que hemos leído juntos?”.
Dale poder de decisión real
La autonomía aumenta la motivación y responsabilidad. Ofrece variedad y deja que elijan sin juzgar. Respeta sus gustos, aunque no coincidan con los tuyos.
Qué decir o hacer:
- “¿Qué te apetece leer esta semana? Lo importante es que disfrutes”.
- “Si prefieres cómics o revistas, genial, la lectura es lectura”.
Evita criticar sus elecciones.
No temas las pausas
Forzar la lectura genera rechazo; respetar los ritmos ayuda a recuperar la motivación. Permite descansos sin culpa. Cambia el enfoque si está saturado/a.
Qué decir o hacer:
- “Está bien no tener ganas de leer hoy, podemos intentarlo mañana”.
- “Podemos hacer otra actividad y luego volver a intentarlo”.
Evita presionar ni castigar la falta de interés temporal.
Ejemplos prácticos para decir o hacer con tu hijo/a
- “¿Qué crees que pasará si el personaje no encuentra la solución?” (Antes y durante la lectura, para activar predicciones e inferencias).
- “¿Quieres que busquemos juntos qué significa esta palabra?” (Durante la lectura, para apoyar el vocabulario).
- “¿Te gustaría inventar un final distinto? Podemos escribirlo juntos/as.” (Después, para creatividad).
- “Vamos a hacer una lista de las cosas que aprendiste con este libro.” (Después, para organización de ideas).
- “Si te aburres, dime y buscamos otro libro que te guste más, que leer tiene que ser divertido.” (Para no forzar).
Algunos libros recomendados
- “La historia interminable” – Michael Ende
- “El diario de Greg” – Jeff Kinney
- “Percy Jackson y el ladrón del rayo” – Rick Riordan
- “Wonder. La lección de August” – R.J. Palacio
- “Los futbolísimos” – Roberto Santiago
- “Harry Potter y la piedra filosofal” – J.K. Rowling
Conclusión
Fomentar el hábito lector en la preadolescencia puede parecer un reto, pero no es imposible. Con estrategias prácticas que preparan, acompañan y consolidan la lectura, junto a una oferta diversa de textos y actividades creativas, es posible convertir la lectura en un momento agradable y compartido. La clave está en motivar sin imponer, acompañar sin presionar, y dar ejemplo desde casa. De esta manera, abrimos a nuestros hijos/as la puerta a mundos nuevos, llenos de emociones y aprendizajes.
Como bien dijo George R.R. Martin, “el que lee vive mil vidas antes de morir, el que no lee solo vive una”. Acompañar a nuestros hijos/as en el maravilloso camino de la lectura es ofrecerles la oportunidad de vivir muchas vidas, explorar realidades distintas y desarrollar su pensamiento crítico y emocional. Crear un entorno favorable y ofrecer apoyo constante es fundamental para que descubran este invaluable tesoro que les acompañará siempre.