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Dismorfia del dinero: cómo las redes sociales alteran tu percepción económica

La era digital ha traído consigo nuevas formas de ansiedad y comparación social. Una de las más silenciosas pero impactantes es la dismorfia del dinero, un fenómeno que afecta especialmente a jóvenes usuarios de redes sociales como Instagram o TikTok. Esta reflexión parte de un artículo publicado por Juanjo Villalba en el diario El País, donde se analizan las consecuencias emocionales y económicas de compararnos constantemente con estilos de vida idealizados.

¿Qué es la dismorfia del dinero?

Al igual que la dismorfia corporal altera nuestra percepción física, la dismorfia financiera provoca una visión distorsionada de nuestra situación económica. Al ver constantemente publicaciones de lujos, viajes y estilo de vida aparentemente perfecto, muchas personas sienten que se están quedando atrás, incluso si su economía es estable.

¿Quiénes la sufren más?

Un estudio en EE.UU. revela que el 43% de la Generación Z y el 41% de los millennials sienten que no están a la altura financieramente, pese a que muchos tienen ahorros considerables. Esta percepción les lleva a pensar que todos a su alrededor viven mejor, generando frustración, baja autoestima y, en muchos casos, malas decisiones financieras.

En España, aunque no existen cifras oficiales, la situación parece similar. Según datos de Funcas y el estudio Vitality de Cigna, la ansiedad económica afecta a la mayoría de jóvenes, marcada por la inflación, el coste de vida y la precariedad laboral.

¿Cómo afecta la dismorfia financiera?

Las consecuencias no son solo emocionales. El 95% de quienes la sufren aseguran que impacta negativamente en su economía. Entre los efectos más comunes están:

  • Dificultad para ahorrar (40%)
  • Gastos innecesarios por presión social (38%)
  • Endeudamiento excesivo (32%)
  • Renuncia a metas importantes como vivienda o estudios (30%)

Además, se han detectado comportamientos de riesgo como compras compulsivas, inversiones poco fiables, e incluso participación en estafas piramidales o “cursos milagro”.

¿Por qué ocurre esto?

Según la psicóloga Saray Falcón, las redes sociales funcionan como espejos distorsionados. Nos comparamos con quienes aparentan tener más, lo que genera frustración constante. Esta comparación ascendente y el sesgo de disponibilidad —ver repetidamente el mismo tipo de contenido— hace que normalicemos estilos de vida poco realistas o directamente ficticios.

Además, muchas personas ocultan su realidad económica o sienten vergüenza al reconocer que “no se lo pueden permitir”. Esto refuerza el ciclo de silencio, comparación y malestar.

¿Cómo romper este ciclo?

Desde la Fundación Nantik Lum, que trabaja con colectivos vulnerables, recomiendan adoptar una relación más consciente con el dinero. Algunas estrategias clave:

  • Educación financiera emocional: aprender no solo a gestionar el dinero, sino también a entender cómo influye en nuestras emociones.
  • Hablar de dinero sin tabúes: compartir experiencias reales, sin juicios ni comparaciones.
  • Limitar la exposición a contenido irreal: seguir cuentas que aporten valor, no presión.
  • Aceptar que decir “no puedo permitírmelo” es un acto de salud mental.

En resumen

La dismorfia del dinero es una distorsión de la realidad económica que puede afectar seriamente nuestra autoestima y finanzas. Aprender a identificarla, hablar abiertamente del tema y desarrollar una mentalidad financiera saludable es fundamental para vivir con más calma, seguridad y autenticidad en la era digital.